Hora Dorada. Hora Sagrada.

Por Dra. Maguile Castro. @lactaarrullo.

A la HORA DORADA se le llama también HORA SAGRADA, términos que reflejan lo sublime, vital, trascendental y hermoso de los acontecimientos que caracterizan la Primera Hora de Vida del Ser Humano.
Qué ocurre durante la primera hora de vida?

Una vez que pasa por el canal de parto, el recién nacido percibe el cambio
del ambiente intrauterino al extrauterino. Se da cuenta que de haber estado en un medio cálido, nutritivo, silencioso, con el bum bum bum, tucutún tucutún de los latidos del corazón de su mami y la libertad que se sentía, pasó a ser absolutamente dependiente de su mami y demás cuidadores en un escenario frio, luminoso, ruidoso. Ya no siente el latido del corazón de su mami, fi acompañante en su vida intrauterina. Entre llantos y cambios al estado de alerta, vigilante, demuestra que necesita a su mamá y ella necesita a su bebé.
El recién nacido necesita ser reunido con su mami para recuperar su
estabilidad biológica y psicológica, el confort y la seguridad. La madre necesita reconocer a su bebé, su físico y el contacto con su piel para besarlo, abrazarlo y pasarle toda la protección biológica que necesita, lo cual se referirá en otro artículo.
El equipo de salud encargado de reconstruir las condiciones del
ambiente intrauterino coloca al bebé desnudo sobre el abdómen de mamá y
bebé sabio emprende la búsqueda de su tetita.
Cuando esto ocurre, bebé comienza a desplazarse lentamente, mueve todo
su cuerpo, repta y logra divisar un contraste, ¡¡¡ES LA AREOLA!!!.
Continúa moviéndose utilizando su olfato y avanza, siguiendo el olor del
líquido amniótico que emana de sus manitas hasta llegar al pecho de mami.
Una vez allí, capta un olor proveniente del líquido secretado por las glándulas de Montgomery, granitos visibles en toda la extensión de la areola, olor similar al del líquido amniótico. Ante todo ésto, comienza a producir saliva, prueba el sabor de la areola e inicia sus intentos de succión introduciendo en su boca, el pezón y la areola.
Es así como hace la impronta, huella muy importante que a posteriori, le
recordará como hacer el agarre al pecho. Ésto facilitará el amamantamiento y el éxito de la lactancia materna exclusiva y sin dolor que necesita durante su crecimiento y desarrollo en los primeros seis meses de vida.
Para finalizar, es pertinente enfatizar que cuando bebé es colocado cerca del pecho, recuerda y reconoce con agrado la areola e intenta una vez más,
repetir la historia. No sucede lo mismo con la mamila del biberón o el chupón.
En ese contexto, cabe mencionar que la lactancia materna y el contacto piel a piel brinda una serie de ganancias para bebé y mami, algunas de las cuales aparecen en la imagen presentada.

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